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Ghosts I-IV
Trent Reznor ya apuntaba maneras y ahora, definitivamente, se sube al carro de los nuevos tiempos. Y se sube con todas las ganas.
Ghosts I-IV is licensed under a Creative Commons Attribution Non-Commercial Share Alike license.
Es decir, que puedes copiar, distribuir (¡vive le p2p!), remezclar este trabajo siempre y cuando no lo uses con fines comerciales, le atribuyas la autoría y, en caso de modificarlo de alguna forma, le apliques la misma licencia a la obra derivada.
Ghosts I-IV es, por cierto, lo nuevo de NIN. 36 canciones instrumentales repartidas en cuatro volúmenes (dice Reznor que espera que haya más). Un disco constreñido por unas cuantas sencillas reglas:
This music arrived unexpectedly as the result of an experiment. The rules were as follows: 10 weeks, no clear agenda, no overthinking, everything driven by impulse. Whatever happens during that time gets released as… something.
Las opciones son múltiples: lo más caro, 300$, es la edición ultra-de-lujo-que-te-cagas; lo más barato, descargarse el primer volumen de los cuatro completamente gratis desde la página web (por 5$ puedes descargar los cuatro volúmenes). He probado la descarga gratuita (os aviso de que hay que facilitar una dirección de correo para que te envíen el enlace desde el cual se obtiene el disco) y no me ha funcionado; me explico, todo iba bien pero el archivo que me descargaba estaba vacío. Me imagino que será un problema técnico (posiblemente debido a la alta demanda) que resolverán pronto.
También se pueden escuchar algunos nuevos temas desde la propia página web. Y hasta te facilitan el código para que incluyas su player en tu propia página.
Una pasada, vamos. Si la música está bien, ya será la hostia. Lo cierto es que no pinta nada mal por lo que he estado oyendo; a ver si solucionan lo del enlace para poder bajármelo y escucharlo con más calma.
[Actualización 2008-03-04 02:21]: Ya disponible en su tracker favorito.
Grandes maestros del plagio (II)
Tengo que reconocer que en esta entrega de Grandes Maestros del Plagio™ no es tan evidente la copia como en el caso anterior. (De la misma manera, tengo que reconocer que es casi imposible ser más evidente que en el caso anterior). Se podría decir que roza la legitimidad pero, al menos yo, no puedo escuchar la primera sin acordarme irremediablemente de la segunda. Acordarme y casi cantarla por encima.
El grupo que plagia es, ya digo, más sutil que Pearl Jam en su Going to California REMIX: hay pequeñas variaciones en el fraseo que plagian y cambios sustanciales en el resto de la canción, lo cual se agradece. Pero dejo que cada uno juzgue porque creo que puede haber quien no esté de acuerdo esta vez. En primer lugar, los copiotas:
The Jeevas – Once upon a time in America:
[audio:jeevas_ouatiamerica.mp3]Mike Ness – I fought the law:
[audio:m_ness-iftlaw.mp3]En este caso he puesto al grupo que plagia en primer lugar. El plagiado no es Mike Ness, a pesar de que he seleccionado ese corte porque es donde mejor se aprecia la copia. Mike Ness, más honrado, sólo hace una versión (abiertamente, indicando sus autores y su canesú) de una canción que popularizaron The Clash (de ahí el tributo de Ness, intuyo), pero que realmente es de Sonny Curtis (lo cual me hizo ganar una apuesta de una cerveza).
Grandes maestros del plagio (I)
Inauguramos esta nueva sección de Grandes Maestros del Plagio™ (o también conocida como Discípulos de Ana Rosa) con un clásico de toda la vida. No se puede tener más morro. Que juzgue cada cual por sí mismo; que el que tenga oídos escuche:
Led Zeppelin – Going to California:
[audio:lz_gtocalif.mp3]Pearl Jam – Given to fly (aka Going to Tordesillas):
[audio:pj_gtofly.mp3]Y eso que Pearl Jam fue uno de mis grupos favoritos durante un período de mi vida. Pero por la época en que sacó esta canción ya habían empezado el vertiginoso declive que les llevaría a ser la banda olvidable que son ahora (excepto, quizás, en concierto, donde saben jugar muy bien con sus grandes clásicos y la nostalgia de su público).
Estén atentos a sus pantallas. La segunda parte de esta sección puede estar al caer.
Impossible Germany
O Impossible Germany, que apenas impacta cuando la oyes por primera vez, pero que se convierte en ese maravilloso tramo instrumental y envolvente del final, cuando una guitarra hace de las suyas, in crescendo, hasta que se enzarza en un memorable y minimalista duelo con la otra.
Eso dije en el post sobre el concierto de Wilco de hace más de un mes. Ayer escuchaba de nuevo esa canción y me preguntaba: ¿por qué no hacer que pueda escuchar ese tramo final el que aún no lo haya hecho?
Y más fácil no lo puedo poner:
[audio:wilco-impossible_germany_solo.mp3]Y para los que vayan con más prisas por el mundo, con el tiempo pegado a sus posaderas:
[audio:wilco-impossible_germany_solo_fast.mp3]Dios salve a Nels Cline.
Will Johnson en Moby Dick (2007-12-03)
No sé. No estuve.
Spoon @ Joy Eslava 2007-11-23
La crónica del concierto de Spoon va a ser un poco más resumida porque ya ha pasado más de una semana, porque ese día estaba cansado, porque no tengo ni fotos ni vídeos propios ni setlist ni nada y porque esto es un sindios, me cago en el misterio.
Este fue el concierto final de una semanita algo movida en lo que a lo musical se refiere y que culminó, para otros, con la presencia del Boss en el Palacio de los Deportes. Tal y como acabo de mencionar, ese día -viernes, final de la semana- estábamos un poco cansados del anterior (fraude-fiesta de Josh Rouse en el Wild Thing incluida), y además llegamos excesivamente pronto a la sala. Lo suficiente para tragarnos una parte de los teloneros.
Los teloneros, como ya advertimos, fueron Explosions in the sky, un grupo únicamente instrumental. Para ser sinceros, nos pasamos casi todo el rato hablando, así que no puedo dar una opinión certera sobre su actuación. Puede que si nos hubieran pillado en otro momento los hubiéramos disfrutado más. Pero no fue así. Simplemente estaban allí, en el escenario, y nosotros estábamos acodados en la barra con un par de cervecitas y a nuestro rollo. Eso sí, el final estuvo a buen nivel:
Joy Eslava no se llenó, ni mucho menos, con la presencia de Spoon (¡¿cómo puede ser que se acabaran las entradas?!). Sobre todo comparado con el jueves. Estábamos bastante holgados, la verdad.
Empezaron con My little japanese Cigarette Case. Buena canción para entrar en faena. Que recuerde, también escuchamos “The underdog“, “Rhytm & soul“, “They never got you“, “The Beast and Dragon, Adored“, “Don’t make me a target“. La próxima vez me llevo una libreta, palabra.
Unos vídeos ilustrativos:
– My little japanese cigarette case:
– The underdog:
– Don’t make me a target:
Sólo un par de comentarios más. La gente se pasó casi todo el concierto hablando (por algún lado lo he leído y es verdad; además, en cualquiera de los vídeos se oye). Ellos sonaron muy bien, pero quizás les faltó algo de volumen y de fuerza.
No sé qué fue finalmente: si el ambiente general, la sala, el sonido, mi cansancio o ellos. El caso es que prometen mucho y el concierto estuvo, en general, muy bien, pero hay margen para la mejora.
J. Rouse: flautista de Hamelín
Llamémosle X. Pongamos que X confundía a Josh Rouse con ZZ Top (pero esa es otra historia); es decir, que X fue al concierto sin apenas haber escuchado nada de él antes. X bien podría ser también Y, y entonces estaríamos hablando de hace un año y de Guadalajara, en lugar de Madrid. Es indiferente porque la reacción fue calcada: asombro. Verdadero asombro ante un artista como una catedral. Así son siempre sus conciertos. Rouse está en estado de gracia.
A los que ya le conocíamos no podía sorprendernos, pero eso no quiere decir que no se mantuviera al excelente nivel al que nos tiene acostumbrados. El día: el jueves pasado (22 de Noviembre de 2007). La sala, Joy Eslava, estaba repleta cuando llegamos. Y llegamos, la verdad, justo a tiempo para verle salir; por los pelos.
Esta vez fue un concierto algo más eléctrico y menos íntimo. El sonido fue algo peor que el año pasado en Guadalajara y Madrid (sobre todo en Madrid, donde fue cojonudo); los bajos, es verdad, retumbaban bastante, lo que, tal vez, puede achacarse a la sala o a nuestra posición en ella. Con su más que correcto español soltaba de vez en cuando alguna frasecilla hippie (nos llamó “amores” y nos dijo que estábamos muy guapos), pero lo importante es la música y ahí, ya digo, tampoco hubo fallo. Cualquier canción que toque es bienvenida porque no tiene disco malo, ni canción mala. Lo de Rouse es reverencia absoluta por la melodía.
Los estilos que maneja Rouse son múltiples: desde la balada más clásica hasta los ritmos funkies, pasando por guiños al country. Si bien es en los discos donde explora con más profundidad los detalles y las sutilezas, en directo es más… eso, más directo. Muestra las canciones con menos alharacas, y más en crudo, y ahí es donde se aprecia que, también así, son canciones memorables.
La banda que le acompañaba (uno más que el año pasado) estuvo a la altura. Ninguno parece ser virtuoso, pero tampoco lo necesitan. Y no cansaron en absoluto (es imposible, con ese repertorio). Consiguen que disfrutes cada canción como si fuera un nuevo hallazgo.
A falta de un setlist en condiciones, habrá que recurrir a la devaluada memoria. Tocó, que recuerde: Slaveship (en uno de los bises, a susurrante petición de uno de los asistentes), Givin’ it up for good, SAD EYES (no Blue eyes, vale, vale), Quiet town, Carolina, Hollywood Bass Player, Sweetie, Pilgrim, Come Back (Light Therapy), Love vibration, It’s the nighttime, His Majesty rides, Winter in the Hamptons, My love has gone. A mí, personalmente, me faltó Nice to fit in, pero se lo perdono.
FOTOS:
Tres fotos para ilustrar la crónica. No son muchas pero tampoco nos pagan por esto:
VIDEOS:
También hay unos pequeños vídeos de muestra. En concreto, de Hollywood Bass Player, Love Vibration, Quiet town y Winter in the Hamptons:
Para completar y como siempre, YouTube está al quite y nos deja unos cuantos vídeos de su actuación para que los que fuimos lo recordemos y los que no, se golpeen penitentemente el pecho por su craso error.
- Come back (light therapy).
- Love vibration.
- It’s the nighttime.
- His majesty rides.
- Winter in The Hamptons.
- My love has gone.
Que lo disfrutéis retrospectivamente.
Larga vida a Josh Rouse.
Kiss my ass
Gene Simmons, famoso componente de KISS, no se entera de nada. Pero de nada, nada. En esta entrevista se pone a decir chorradas y no hay quien lo pare. Por ejemplo:
The record industry is in such a mess. I called for what it was when college kids first started download music for free — that they were crooks.
Ahí. Haciendo amigos. Pero el tío sigue:
Every little college kid, every freshly-scrubbed little kid’s face should have been sued off the face of the earth. They should have taken their houses and cars and nipped it right there in the beginning. Those kids are putting 100,000 to a million people out of work.
¡Qué malos malosos son! Y también están acabando con el ecosistema y matando de hambre a los niños en África. El siguiente intento por hacerse el altruista es todavía más patético:
Doesn’t affect me. But imagine being a new band with dreams of getting on stage and putting out your own record. Forget it.
Cuando le recuerdan los casos de Reznor y de Radiohead… claro, eso no cuenta:
That doesn’t count. You can’t pick on one person as an exception. And that’s not a business model that works. I open a store and say “Come on in and pay whatever you want.” Are you on fucking crack? Do you really believe that’s a business model that works?
Que sí, Simmons, que sí. Puede que dentro de un tiempo cambie de opinión, como muchos otros. Que siga, por ahora, insultando a sus potenciales clientes.
Y yo, a mi vez, me bajaré lo que me apetezca, cuando me apetezca. Incluya eso la música del señor Simmons o no.
Concierto imprevisto
Fue el domingo pasado y fue en el Palacio de los Deportes de Madrid. Dos horas y media -poco menos, para ser exactos- de Silvio Rodríguez.
Imprevisto no por él, que lo tendría programado desde hace meses, sino para mí, que me encontré casi sin comerlo ni beberlo con una entrada inesperada y una compañía pasable.
No puede decirse que yo sea un superfan del cantautor cubano: no tengo toda su discografía ni me conozco todas sus canciones, pero las que sí conozco, me gustan bastante.
Tres guitarras, incluida la suya, flauta y percusión componían el combo que salió al escenario. El sonido fue espectacular, como cabía esperar del espectáculo tranquilo y nada estridente que prometía Silvio. Su voz se mantiene a buen nivel (aunque tal vez ya no llegue a las notas más altas y así tuvo que transformar ligeramente alguna de sus canciones -o, tal vez, fue una licencia artística, que todo puede ser) y el acompañamiento era excelente, como corresponde a los músicos cubanos.
El concierto fue bastante intenso, con referencias políticas aquí y allá y gritos de alabanza a Cuba entre canción y canción por parte del público. Eso sí, a mitad, salió un tío plasta, invitado por Silvio, a presentar dos canciones suyas que eran malas a rabiar. No he encontrado el setlist, así que sólo puedo enumerar de memoria algunos de los temas que tocó: La canción del Elegido (preciosa referencia a El principito), La era está pariendo un corazón, El necio, Óleo de mujer con sombrero (que modificó ligeramente para adaptarla al resto de instrumentos), Te doy una canción, Escaramujo (Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo), Ángel para un final, Unicornio. Me faltó Playa Girón. Hasta tres bises ofreció el artista: de ahí no quería moverse casi nadie hasta que no quedó más remedio.
Quiero resaltar el profundo análisis de mi acompañante, que lo resume todo: “Muy poético todo, ¿que no?”.
Por supuesto, uno de los momentos memorables fue Ojalá, con todo el recinto en pie. He aquí una muestra en Alta Definición () y con sonido Dolby Surround (cojonudo ese móvil):