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Concierto imprevisto

Fue el domingo pasado y fue en el Palacio de los Deportes de Madrid. Dos horas y media -poco menos, para ser exactos- de Silvio Rodríguez.

Imprevisto no por él, que lo tendría programado desde hace meses, sino para mí, que me encontré casi sin comerlo ni beberlo con una entrada inesperada y una compañía pasable.

No puede decirse que yo sea un superfan del cantautor cubano: no tengo toda su discografía ni me conozco todas sus canciones, pero las que sí conozco, me gustan bastante.

Tres guitarras, incluida la suya, flauta y percusión componían el combo que salió al escenario. El sonido fue espectacular, como cabía esperar del espectáculo tranquilo y nada estridente que prometía Silvio. Su voz se mantiene a buen nivel (aunque tal vez ya no llegue a las notas más altas y así tuvo que transformar ligeramente alguna de sus canciones -o, tal vez, fue una licencia artística, que todo puede ser) y el acompañamiento era excelente, como corresponde a los músicos cubanos.

El concierto fue bastante intenso, con referencias políticas aquí y allá y gritos de alabanza a Cuba entre canción y canción por parte del público. Eso sí, a mitad, salió un tío plasta, invitado por Silvio, a presentar dos canciones suyas que eran malas a rabiar. No he encontrado el setlist, así que sólo puedo enumerar de memoria algunos de los temas que tocó: La canción del Elegido (preciosa referencia a El principito), La era está pariendo un corazón, El necio, Óleo de mujer con sombrero (que modificó ligeramente para adaptarla al resto de instrumentos), Te doy una canción, Escaramujo (Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo), Ángel para un final, Unicornio. Me faltó Playa Girón. Hasta tres bises ofreció el artista: de ahí no quería moverse casi nadie hasta que no quedó más remedio.

Quiero resaltar el profundo análisis de mi acompañante, que lo resume todo: “Muy poético todo, ¿que no?”.

Por supuesto, uno de los momentos memorables fue Ojalá, con todo el recinto en pie. He aquí una muestra en Alta Definición (™) y con sonido Dolby Surround (cojonudo ese móvil):

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Extras del concierto de Wilco

Y por fin, con algo de retraso, un vídeo -algo escorado- en Alta Definición (™) y con un sonido que raya en la perfección (no sé si debido a lo bien que sonaron o a la calidad del instrumento de grabación) del concierto de Wilco para poner los dientes largos a propios y extraños. Es poco más de dos minutejos de Kidsmoke. Suficiente para hacerse una idea aproximada de lo que fue el maravilloso recital de Tweedy y los suyos:

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Y como estamos que lo tiramos, de propina unas cuantas fotos del mismo concierto -y desde el mismo escorado ángulo- para deleite de los equivalentes propios y extraños.

Los agradecimientos por el material audiovisual son de recibo y ahí van: gracias a quien corresponde. Dios te lo pague con un buen novio.

Josh Rouse & Spoon

El que avisa no es traidor. Que luego no me venga nadie con un “no lo sabía” o “nadie me dijo nada”.

Dos conciertos para este final de semana.

El jueves, Josh Rouse presenta su último disco, Country Mouse City House, en Joy Eslava (Madrid). El año pasado ya nos deleitó con sendas actuaciones en Madrid y Guadalajara, donde presentó alguna de las canciones que más tarde incluiría en el mencionado álbum. Tampoco nadie puede quejarse de no haber escuchado nada de él porque ha sido un habitual del tracker. Es una apuesta segura. Muy recomendable.

Al día siguiente y con motivo del festival Wintercase 2007, Spoon aparecerán en la misma sala que Rouse acompañados por Explosions in the sky. Este concierto es un poco más especialito. Para empezar, los teloneros hacen música instrumental (en el tracker tenéis todavía una muestra). Y Spoon… ¿qué puedo decir de Spoon? Creo que es una de las mejores bandas que han salido últimamente, peeeeero… reconozco que puede no gustarle a todo el mundo o, más bien, no todo el mundo reconocerá su excelencia, que la tiene. Es igualmente muy recomendable, pero aconsejaría al interesado que se escuhara algo del grupo antes.

Que nadie piense mal, no son un grupo raro, con instrumentos raros, que recitan “Number 9” una y otra vez mientras suenan unas uñas contra una pizarra. Simplemente son atípicos, de la misma forma que puede serlo Wilco. Id, hombre, que os va a gustar.

Quedáis advertidos.

Wilco 09-XI-2007 @ La Riviera

Pues sí, pues sí. Wilco ha vuelto a España y, en concreto a Madrid, después de su paso por el Primavera Sound y el FIB, el verano pasado. Que sirva, pues, esta reseña como apósito para restañar la herida de ese post sobre el Primavera Sound que quedó en el limbo.

Wilco es una de las bandas más grandes que existen en este momento. Ya está, ya lo he dicho. Su directo es uno de los más contundentes que pueden escucharse (y esto vale tanto para el concierto del viernes pasado en La Riviera como el de Barcelona de hace algunos meses).

A pesar de la primera opinión sobre su último disco, hay que reconocer que en directo mejora bastante. Podríamos decir que lo redescubrí en directo. Comienzan, por ejemplo, con You are my face y no podría haber un mejor principio (unos primeros compases casi susurrados que se transforman en una explosión medio funky y medio soul). O Impossible Germany, que apenas impacta cuando la oyes por primera vez, pero que se convierte en ese maravilloso tramo instrumental y envolvente del final, cuando una guitarra hace de las suyas, in crescendo, hasta que se enzarza en un memorable y minimalista duelo con la otra.

Como músicos, además, son impecables. Suenan simple y llanamente perfectos. Se merece una mención especial Nels Cline (es, al parecer, también un guitarrista de jazz, lo cual explica muchas cosas). Wilco es un grupo muy de pequeños rellenos de guitarra, de finos toques que podrían pasar desapercibidos pero que marcan la diferencia. Y ahí Cline es un maestro, como demuestra en directo. Su saber hacer con la guitarra es, en sí, un espectáculo.

No faltaron los grandes temas de sus trabajos anteriores, como la pegadiza Hummingbird, Via Chicago (con ese ruidoso y apoteósico final: la batería aporreando y la guitarra con la distorsión al máximo mientras las voces siguen cantando en el mismo dulce tono de voz), I’m the man who loves you, A shot in the armSomething in my veins, bloodier than blood!) o la hipnótica Spiders (delante de mí había una pareja en la que él parecía ser el fan y ella desconocer el grupo; ella se quejó a medias de que esa canción no era tan buena y él le respondió robándome el pensamiento: “Espera y verás”).

Y, por supuesto, el final. Ese final. Se reservaron el rock’n’roll más clásico para el segundo bis, en el cual desgranaron cuatro temazos casi sin pausa, tres del Being There y uno del A.M., cuando ya casi nadie se lo esperaba. Menuda forma de terminar.

Dos horas muy bien aprovechadas. Un diez para Wilco.

El setlist completo, para los más curiosos:

1. You Are My Face
2. War On War
3. I Am Trying To Break Your Heart
4. Pot Kettle Black
5. Handshake Drugs
6. A Shot In The Arm
7. Side With The Seeds
8. Jesus, Etc.
9. Impossible Germany
10. Sky Blue Sky
11. Too Far Apart
12. Hate It Here
13. Walken
14. I’m The Man Who Loves You
15. Hummingbird
16. On And On And On

Bis 1:
17. Via Chicago
18. The Late Greats
19. Heavy Metal Drummer
20. Spiders (Kidsmoke)

Bis 2:
21. Red-Eyed And Blue
22. I Got You (At The End Of The Century)
23. Casino Queen
24. Outtasite (Outta Mind)

Sick

Llevo unos días no muy bien del estómago, así que no he podido escribir tanto como me gustaría por aquí. Y se me han acumulado algunas cosillas.

Por ejemplo, esta entrevista a Jack White, sólo apta para muy fans porque no dice gran cosa, la verdad.

O el concierto de Rufus Wainwright del jueves pasado, en La Riviera, con ese final apoteósico. Intentaré comentar un poco más sobre esto.

O las respectivas puntuaciones del Easy Tiger en allmusic y pitchfork, tal y como nos señala un simpático comentarista.

O un apéndice a lo que fue el concierto de Cat Power. Al parecer no hubo bises por culpa de los de seguridad, que, además, se la tuvieron que llevar del escenario para que el público desalojara. La misma del primer enlace tiene alguna foto más del concierto bastante chula.

O el inminente concierto de los Rolling Stones en El Ejido que voy a ir a ver el sábado que viene.

O la esperadísima tercera parte de nuestras aventuras por Barcelona y París.

Primavera Sound & Ryan Adams (II)

A trancas y barrancas, pero llega, como todo, la segunda parte.

Como ya he dicho, conseguimos entrar. El recinto estaba bien: amplio, varios escenarios bien repartidos, puestos de ropa y discos, casetas para cambiar dinero por tickets y tickets por dinero… lo típico. No había mucha gente o, para ser exactos, no estaba lleno a rebosar: nada de agobios. Nos tiramos un rato a la bartola y comimos lo que nos sobró del viaje.

Había unos baños portátiles distribuidos aquí y allá. Alguien me dijo que tenían lavabos (para lavarse las manos, se entiende) y uno, que es escrupuloso, no cabía en sí de gusto. Pues para allí me fui, a hacer mis cosas y… ni lavabo ni leches. ¡Qué bien todo! Me han mentido, me dije. Pero no; me aseguran que sí, que lo hay, que lo he visto. Venga, vale. Como un gilipollas me pongo enfrente de los baños para mirar dentro cada vez que alguien salía y comprobar si había o no. Un fetichista de esos que están ahora muy de moda, pensaría alguno. Por fin localizo el único de los cubículos que parece tener lavabo y me digo esta es la mía. Dejo pasar a todo aquel que tenía una urgencia cuando el que correspondía no era el mío. Me miran con cara de tú estás tonto, chaval. Yo les miro con cara de sí, tonto, pero limpio. Al final consigo entrar y el puto lavabo no está conectado a nada (era demasiado pedir, lo reconozco).

Vale. Decido echar un pis y no cierro el pestillo (craso error) porque hay un tipejo (amiguete) esperándome fuera, al lado de la puerta, y ya se encargará de avisar de que está ocupado (craso error). Tres personas, mínimo, me vieron meando. Y cuando salgo, mosqueado, el tipejo está a unos cinco metros, disfrutando del espectáculo. El descojone, vamos.

A lo que vamos. Por fin, llega la hora de la verdad. Patti Smith: escenario principal, nueve y media de la noche, todavía hay una luz mortecina en el cielo.

¿Cuántos años tiene esa mujer? Porque yo la veo igual que siempre: el pelo largo, el bigote de dos días, nariz y mandíbulas prominentes. Por supuesto, nos rodeaban las lesbianas. En cuanto a la música: rock comprometido, algunos himnos aquí y allá (Because the night, Rock’n’roll Nigger, Gloria), guitarras con músculo y ella impecable, incluido disursito del que sólo recuerdo lo de “The future is now“, que me dio qué pensar.

Y por supuesto, lo que todos (¿?) estábamos esperando, la increíble versión de Smells like teen spirit, de Nirvana, posiblemente la más coreada de todas. Era un éxito asegurado, en todo caso; una versión respetable y que respetaba la original, un homenaje que parecía salirle de las entrañas. Como decía alguien por aquí, ¿quién nos iba a decir que íbamos a escuchar esa canción en directo? Puntuación muy alta para Patti Smith.1

Después de un breve descansito llegaron Sonic Youth, en el mismo escenario, ya noche cerrada. Presentaban Daydream Nation, un clásico de la banda, de 1988 (¡1988!, la madre que…). Y enterito lo tocaron (juraría; uno se acaba perdiendo cuando empiezan a hacer ruiditos). La única pega, para mí, es que estábamos realmente cansados a esas alturas. Me dolían las piernas de no poder sentarme. Pero si quitamos eso y las quejas de alguno, el concierto fue cojonudo. Los tíos metieron tralla, hicieron lo que sabían, se arriesgaron, metieron tralla, hicieron ruido, metieron tralla. Thurston Moore hacía maravillas con la guitarra; y el batería, impresionante… muy muy bueno.

Y además, como en el anterior, esa pizca de nostalgia de poder ver a uno de esos grupos clásicos, precursores del grunge (para más inri) que llenaron nuestra infancia-adolescencia y que, además, no se han vendido ni son unos arrastrados que no han sabido envejecer.

Más, próximamente… Espero que en menos de una semana.

1: Setlist de Patti Smith:Privilege (Set Me Free), Redondo Beach, Birdland, Are You Experienced?, Free Money, Within You Without You, Beneath the Southern Cross, White Rabbit, Pushin’ Too Hard, Because the Night, Pissing in a River, Soul Kitchen, Boy Cried Wolf (spoken), Peaceable Kingdom, People Have the Power, (encore): Perfect Day, Smells Like Teen Spirit, A Day in the Life (The Beatles), Gloria, Rock n Roll Nigger.

Primavera Sound & Ryan Adams (I)

Bufff. Todavía no estoy recuperado del todo, por eso he tardado tanto en comentar ese increíble fin de semana musical que nos hemos pegado. ¿Qué puedo decir? No hay palabras. De dormir, poco, pero lo que es buena música, nos hemos hartado.

Repasemos. Llegamos a Barcelona desde Madrid y fuimos directamente al Fórum famoso (¿pero eso no fue un bluff, un fracaso? ¿así lo quieren rentabilizar?), donde se celebraba el festival. La primera, en la frente: cuando presentamos las entradas para que nos las cambien por la pulserita típica y una tarjeta (necesitaréis las dos para volver a salir; sólo el penitente pasará), nos dicen que nones, que las entradas son más falsas que Judas. Para ser más concretos:

  1. Están impresas del revés
  2. En vez de la imagen que debería verse cuando le pasan la luz ultravioleta-gamma-kappa, se ve otra (elefante vs. avión, o parecido)
  3. Todas vienen con el mismo número
  4. Tenemos pinta de delincuentes (sobre todo tú, el más guapete, el de la camiseta de White Stripes)

Por supuesto, pollo de aquí te espero. Que si ni de coña, que si las habíamos comprado en un sitio oficial, que si que me estás contando, que si no tendrás un cigarrito que se nos han acabado (hay que aprovechar la mínima). Yo ya me veía sin ver a Wilco después del viajecito de seis horas, sin ningún sitio donde caernos muertos y un vuelo que nos esperaba a las diez de la mañana hacia París. Tanto insistimos que parece que nos tomaron en serio y nos aseguraron que se pondrían en contacto con alguien de TickTackTicket.

Y cuando el destino parecía no estar de nuestra parte… misteriosamente se disculpan y nos dicen que sí, que son auténticas. A destacar:

  1. No nos explican porque salen dibujos distintos
  2. Cambian de idea y nos dicen que sí, que en algunos casos (¿?) pueden tener el mismo número1
  3. Las entradas se compraron en Badajoz (¿? sí, sí, donde tú quieras, lo que tú digas, pero no me hagas daño)
  4. No quieren que pensemos que los catalanes son unos ratas y nos sueltan otro cigarro (se lo doy al más guapete, al de la camiseta de White Stripes)

Estos separatistas…

Prueba superada. Estamos dentro.

Continuará…

1: Más tarde descubrimos que lo que ellos tomaban por el número de la entrada no lo era, pues había otro número (bien grande, además) que que era distinto para cada entrada (y consecutivos).

Para abrir boca

Twenty-seven years of nothin’ but failures and promises that I couldn’t keep, Oh Lord

La pregunta era incompleta. ¿Es posible ver, además de a Wilco, a Sonic Youth y a Patti Smith, un sábado, en Barcelona, y al día siguiente ver a Ryan Adams en París?

Pues por lo menos la segunda parte está confirmada. Tenemos las entradas y los vuelos. La confirmación de la primera está al caer.

Todo esto dentro de una semana y media. Mientras tanto, un vídeo de Ryan y los Cardinals tocando What sin replaces love en el show de Henry Rollins. Apoteósico.