There is no absolutes in human suffering

Gaza

8.21

Gaza es una banda de métal avant garde (pronúnciese métal así, como palabra llana con su preceptivo acento gráfico). En realidad no sé qué significa pero siempre he querido definir algo como avant garde. Lo busco y veo que es un franchutismo que se traduce por vanguardista. Entiendo entonces la atracción que produce el vocablo: la pronunciación afrancesada da un empaque distinto e intelectual a la definición. Por no hablar del choque de conceptos: “métal… ¿vanguardista! Vamos, no me jodas”.  Te imaginas a un greñudo sudoroso con un anticristo tatuado en la frente enfrentado a un caballero inglés con su monóculo y un bigote que riza en las puntas de forma excéntrica (por lo de vanguardista).

En fin, dejémonos de mierdas. No sé si será o no vanguardista pero sí puedo decir que no me parece tan plano y “siempre lo mismo” como algunas muestras de extreme métal que he escuchado a lo largo de mi vida (que serán las que sean, tampoco soy un experto ni quiero serlo). Tiene algo que me lleva a querer ponerlo una y otra vez. Llámalo vida, llámalo alma, llámalo auténtica rabia. Hay ruido, hay caos, hay destrucción. Me recuerda (ya he dicho que no soy un experto en el género, así que puede ser que haya otros grupos que hayan influido mucho más claramente pero que se me escapan porque ni siquiera he oído hablar de ellos); me recuerda, digo, a Konkhra.

Theres is no absolutes in human suffering es una hostia constante que te coge de la pechera y te sacude de un lado para otro como un muñeco de paja. Una anarquía  sonora que te apabulla, te zarandea, te suelta durante apenas unos segundos para que cojas aire y te vuelve a golpear con una furia desprovista de sentido.

Lo del caos y la anarquía no es una metáfora; hay momentos en los que parece que cada instrumento entra en un paroxismo desquiciado e independiente uno de otro hasta llegar al clímax obvio donde se hace el silencio o hay un cambio en la estructura. La disonancia ruidista (tampoco está mal esto, ¿eh?: disonancia ruidista… ¿cómo se te queda el cuerpo?) no es, sin embargo, gratuita y de alguna manera encaja. Simplemente encaja.

No me ha parado a leer las letra de todas las canciones (y digo leer porque intenta tú entenderlas al escucharlas) pero supuestamente son más políticas (entroncando con el hardcore y el punk combativos) que otra cosa. El nombre del grupo y la portada del disco lo corroboran.

La canción que abre el disco (Mostly hair and bones now), sin embargo, no me parece muy política. Copio aquí debajo la letra porque es bastante breve:

I pulled a dead horse out from under a tarp in my back yard piece by piece.
Once proud, once full of strength, she was gold.
Mostly hair and bones now.
I dragged a leg around the yard for hours wearing a path.
I left it there in the sun, abandoned like a child’s bicycle at the call of a mother.
Mostly hair and bones now.

Podría ser la banda sonora de la película de Béla Tarr, The Turin Horse. Y no solamente por la referencia obvia a un caballo sino por la atmósfera oscura y apocalíptica, por la densidad, por el nihilismo pesimista y fatalista, por la visión descarnada de la muerte (sin adornos, sin símbolos, sin magia ni rituales).

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