Han transcurrido ya más de dos meses desde el concierto de Micah P. Hinson que anunciamos aquí puntualmente. Una verdadera pena. No que haya transcurrido tanto tiempo (que también) sino el concierto, que no estuvo a la altura de las expectativas creadas. Releo lo que dije de la primera vez que vi a Hinson y no puedo encontrar ni rastro de aquello, en lo que nos ofreció en diciembre.
El comienzo, sí, fue prometedor. Sonó Sweetness, posiblemente lo mejor de su …And the pioneer saboteurs ,y aunque se notaba que él y la banda necesitaban un poco de calentamiento nada hacía presagiar la debacle que se avecinaba.
El sonido fue definitivamente muy malo a lo largo de todo el concierto; él no estuvo inspirado en casi ningún momento: apenas cantó, apenas gritó. Sólo repuntó un poco a partir de Forget about me, pero nos dejó con la sensación de la miel en los labios, de no acabar de cuajar.
Y para dar fin al despropósito, cuando todo el mundo esperaba Patience como agua de mayo para terminar con buen sabor de boca, nos salió con una versión patética y edulcorada de la misma, sin la furia que le caracterizaba, sin apenas gritarla, dejándose arropar demasiado por la banda.
Tal vez el origen de todo esté en dicha banda, precisamente. Al parecer eran casi todos miembros de Tachenko (un grupo español). La relación con ellos parece remontarse, por lo menos, a All Dressed Up And Smelling Of Strangers, pero a juzgar por los resultados, su colaboración es un completo error.
O tal vez esté siendo injusto y el origen de la pifia sea otro (que le haya amariconado su mujer o que se encontrarara indispuesto ese día). No sabría decirlo. Todavía tiene un margen de confianza y ojalá que algo así no se repita, pero esta vez Micha P. Hinson fue una completa decepción.