Kiss my ass

Gene Simmons, famoso componente de KISS, no se entera de nada. Pero de nada, nada. En esta entrevista se pone a decir chorradas y no hay quien lo pare. Por ejemplo:

The record industry is in such a mess. I called for what it was when college kids first started download music for free — that they were crooks.

Ahí. Haciendo amigos. Pero el tío sigue:

Every little college kid, every freshly-scrubbed little kid’s face should have been sued off the face of the earth. They should have taken their houses and cars and nipped it right there in the beginning. Those kids are putting 100,000 to a million people out of work.

¡Qué malos malosos son! Y también están acabando con el ecosistema y matando de hambre a los niños en África. El siguiente intento por hacerse el altruista es todavía más patético:

Doesn’t affect me. But imagine being a new band with dreams of getting on stage and putting out your own record. Forget it.

Cuando le recuerdan los casos de Reznor y de Radiohead… claro, eso no cuenta:

That doesn’t count. You can’t pick on one person as an exception. And that’s not a business model that works. I open a store and say “Come on in and pay whatever you want.” Are you on fucking crack? Do you really believe that’s a business model that works?

Que sí, Simmons, que sí. Puede que dentro de un tiempo cambie de opinión, como muchos otros. Que siga, por ahora, insultando a sus potenciales clientes.

Y yo, a mi vez, me bajaré lo que me apetezca, cuando me apetezca. Incluya eso la música del señor Simmons o no.

Concierto imprevisto

Fue el domingo pasado y fue en el Palacio de los Deportes de Madrid. Dos horas y media -poco menos, para ser exactos- de Silvio Rodríguez.

Imprevisto no por él, que lo tendría programado desde hace meses, sino para mí, que me encontré casi sin comerlo ni beberlo con una entrada inesperada y una compañía pasable.

No puede decirse que yo sea un superfan del cantautor cubano: no tengo toda su discografía ni me conozco todas sus canciones, pero las que sí conozco, me gustan bastante.

Tres guitarras, incluida la suya, flauta y percusión componían el combo que salió al escenario. El sonido fue espectacular, como cabía esperar del espectáculo tranquilo y nada estridente que prometía Silvio. Su voz se mantiene a buen nivel (aunque tal vez ya no llegue a las notas más altas y así tuvo que transformar ligeramente alguna de sus canciones -o, tal vez, fue una licencia artística, que todo puede ser) y el acompañamiento era excelente, como corresponde a los músicos cubanos.

El concierto fue bastante intenso, con referencias políticas aquí y allá y gritos de alabanza a Cuba entre canción y canción por parte del público. Eso sí, a mitad, salió un tío plasta, invitado por Silvio, a presentar dos canciones suyas que eran malas a rabiar. No he encontrado el setlist, así que sólo puedo enumerar de memoria algunos de los temas que tocó: La canción del Elegido (preciosa referencia a El principito), La era está pariendo un corazón, El necio, Óleo de mujer con sombrero (que modificó ligeramente para adaptarla al resto de instrumentos), Te doy una canción, Escaramujo (Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo), Ángel para un final, Unicornio. Me faltó Playa Girón. Hasta tres bises ofreció el artista: de ahí no quería moverse casi nadie hasta que no quedó más remedio.

Quiero resaltar el profundo análisis de mi acompañante, que lo resume todo: “Muy poético todo, ¿que no?”.

Por supuesto, uno de los momentos memorables fue Ojalá, con todo el recinto en pie. He aquí una muestra en Alta Definición (™) y con sonido Dolby Surround (cojonudo ese móvil):

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Extras del concierto de Wilco

Y por fin, con algo de retraso, un vídeo -algo escorado- en Alta Definición (™) y con un sonido que raya en la perfección (no sé si debido a lo bien que sonaron o a la calidad del instrumento de grabación) del concierto de Wilco para poner los dientes largos a propios y extraños. Es poco más de dos minutejos de Kidsmoke. Suficiente para hacerse una idea aproximada de lo que fue el maravilloso recital de Tweedy y los suyos:

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Y como estamos que lo tiramos, de propina unas cuantas fotos del mismo concierto -y desde el mismo escorado ángulo- para deleite de los equivalentes propios y extraños.

Los agradecimientos por el material audiovisual son de recibo y ahí van: gracias a quien corresponde. Dios te lo pague con un buen novio.

Josh Rouse & Spoon

El que avisa no es traidor. Que luego no me venga nadie con un “no lo sabía” o “nadie me dijo nada”.

Dos conciertos para este final de semana.

El jueves, Josh Rouse presenta su último disco, Country Mouse City House, en Joy Eslava (Madrid). El año pasado ya nos deleitó con sendas actuaciones en Madrid y Guadalajara, donde presentó alguna de las canciones que más tarde incluiría en el mencionado álbum. Tampoco nadie puede quejarse de no haber escuchado nada de él porque ha sido un habitual del tracker. Es una apuesta segura. Muy recomendable.

Al día siguiente y con motivo del festival Wintercase 2007, Spoon aparecerán en la misma sala que Rouse acompañados por Explosions in the sky. Este concierto es un poco más especialito. Para empezar, los teloneros hacen música instrumental (en el tracker tenéis todavía una muestra). Y Spoon… ¿qué puedo decir de Spoon? Creo que es una de las mejores bandas que han salido últimamente, peeeeero… reconozco que puede no gustarle a todo el mundo o, más bien, no todo el mundo reconocerá su excelencia, que la tiene. Es igualmente muy recomendable, pero aconsejaría al interesado que se escuhara algo del grupo antes.

Que nadie piense mal, no son un grupo raro, con instrumentos raros, que recitan “Number 9” una y otra vez mientras suenan unas uñas contra una pizarra. Simplemente son atípicos, de la misma forma que puede serlo Wilco. Id, hombre, que os va a gustar.

Quedáis advertidos.

Wilco 09-XI-2007 @ La Riviera

Pues sí, pues sí. Wilco ha vuelto a España y, en concreto a Madrid, después de su paso por el Primavera Sound y el FIB, el verano pasado. Que sirva, pues, esta reseña como apósito para restañar la herida de ese post sobre el Primavera Sound que quedó en el limbo.

Wilco es una de las bandas más grandes que existen en este momento. Ya está, ya lo he dicho. Su directo es uno de los más contundentes que pueden escucharse (y esto vale tanto para el concierto del viernes pasado en La Riviera como el de Barcelona de hace algunos meses).

A pesar de la primera opinión sobre su último disco, hay que reconocer que en directo mejora bastante. Podríamos decir que lo redescubrí en directo. Comienzan, por ejemplo, con You are my face y no podría haber un mejor principio (unos primeros compases casi susurrados que se transforman en una explosión medio funky y medio soul). O Impossible Germany, que apenas impacta cuando la oyes por primera vez, pero que se convierte en ese maravilloso tramo instrumental y envolvente del final, cuando una guitarra hace de las suyas, in crescendo, hasta que se enzarza en un memorable y minimalista duelo con la otra.

Como músicos, además, son impecables. Suenan simple y llanamente perfectos. Se merece una mención especial Nels Cline (es, al parecer, también un guitarrista de jazz, lo cual explica muchas cosas). Wilco es un grupo muy de pequeños rellenos de guitarra, de finos toques que podrían pasar desapercibidos pero que marcan la diferencia. Y ahí Cline es un maestro, como demuestra en directo. Su saber hacer con la guitarra es, en sí, un espectáculo.

No faltaron los grandes temas de sus trabajos anteriores, como la pegadiza Hummingbird, Via Chicago (con ese ruidoso y apoteósico final: la batería aporreando y la guitarra con la distorsión al máximo mientras las voces siguen cantando en el mismo dulce tono de voz), I’m the man who loves you, A shot in the armSomething in my veins, bloodier than blood!) o la hipnótica Spiders (delante de mí había una pareja en la que él parecía ser el fan y ella desconocer el grupo; ella se quejó a medias de que esa canción no era tan buena y él le respondió robándome el pensamiento: “Espera y verás”).

Y, por supuesto, el final. Ese final. Se reservaron el rock’n’roll más clásico para el segundo bis, en el cual desgranaron cuatro temazos casi sin pausa, tres del Being There y uno del A.M., cuando ya casi nadie se lo esperaba. Menuda forma de terminar.

Dos horas muy bien aprovechadas. Un diez para Wilco.

El setlist completo, para los más curiosos:

1. You Are My Face
2. War On War
3. I Am Trying To Break Your Heart
4. Pot Kettle Black
5. Handshake Drugs
6. A Shot In The Arm
7. Side With The Seeds
8. Jesus, Etc.
9. Impossible Germany
10. Sky Blue Sky
11. Too Far Apart
12. Hate It Here
13. Walken
14. I’m The Man Who Loves You
15. Hummingbird
16. On And On And On

Bis 1:
17. Via Chicago
18. The Late Greats
19. Heavy Metal Drummer
20. Spiders (Kidsmoke)

Bis 2:
21. Red-Eyed And Blue
22. I Got You (At The End Of The Century)
23. Casino Queen
24. Outtasite (Outta Mind)

I’m mad you’re black we’re bad we’re back

Lo sé, lo sé, it’s been a long time -y me parece más de lo que realmente ha sido: cuatro meses-, pero reconozcámoslo, nadie lo ha echado de menos (excepto, quizás, uno, que sí me lo recordaba a cada tanto).

Vuelve pues, de forma indefinida; esto es, que no sé si durará mucho o poco -el que me conozca no confiará demasiado en que sea lo primero. De hecho, hasta pudiera ser que este post fuera solamente un oasis en medio de las dunas desérticas; mejor no prometer nada: el que mucho promete, mucho incumple, como dice el refrán (y si no hay tal refrán, debería haberlo).

Es curioso que este regreso se produzca en unas condiciones algo simétricas respecto a la hégira de la que regresa. Alguno recordará que nos quedamos a un paso de cerrar la terca trilogía del Primavera Sound (la tenía medio escrita, lo juro, pero tendrá que quedarse inédita, me temo), con el capítulo en el que relataba, sobre todo, el concierto de Wilco y el del día siguiente, de Ryan Adams (el recital parisino). La simetría está en que este viernes (¿este? ¿se publicará esto antes de entonces?) vuelve ha vuelto el grupo de Jeff Tweedy y yo estaré he estado allí para verlo (cortesía de un chico muy majo). Quizás no sea simetría la palabra, sino dialéctica hegeliana, con su tesis, antítesis y síntesis. La simetría es estática, la dialéctica hegeliana es histórica. Yo me entiendo.

Pero no voy a extenderme más, que es infinitivo, y veamos qué nos depara el futuro.

Sick

Llevo unos días no muy bien del estómago, así que no he podido escribir tanto como me gustaría por aquí. Y se me han acumulado algunas cosillas.

Por ejemplo, esta entrevista a Jack White, sólo apta para muy fans porque no dice gran cosa, la verdad.

O el concierto de Rufus Wainwright del jueves pasado, en La Riviera, con ese final apoteósico. Intentaré comentar un poco más sobre esto.

O las respectivas puntuaciones del Easy Tiger en allmusic y pitchfork, tal y como nos señala un simpático comentarista.

O un apéndice a lo que fue el concierto de Cat Power. Al parecer no hubo bises por culpa de los de seguridad, que, además, se la tuvieron que llevar del escenario para que el público desalojara. La misma del primer enlace tiene alguna foto más del concierto bastante chula.

O el inminente concierto de los Rolling Stones en El Ejido que voy a ir a ver el sábado que viene.

O la esperadísima tercera parte de nuestras aventuras por Barcelona y París.

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